10.9.11

PERDÓN: ¡Bienaventurado el que AMA, porque cree desaparecido lo que a pesar de todo podría verse!


Cuadro: GUDIOL


"El perdón elimina el pecado perdonado. Este es un pensamiento maravilloso, y por lo mismo también es un pensamiento de la fe; ya que la fe siempre está relacionada con aquello que no se ve. Yo creo que lo visible se deriva de lo invisible; yo veo el mundo, pero lo invisible no lo veo, lo creo. De esta manera entre "perdón" y "pecado" intercede una relación de fe, relación que apenas suele considerarse. ¿Cuál es aquí y en definitiva lo invisible? Lo invisible en este caso consiste en que el perdón desaloja lo que a pesar de todo existe; lo invisible consiste en que lo que se ve, no obstante no se ve; puesto que viéndolo, resulta de todo punto invisible el hecho de que no se vea. El amoroso está viendo el pecado que perdona, pero cree que el perdón lo hace desaparecer. Esto en realidad no puede verse, ya que lo que puede verse es el pecado; y además, si no se viese el pecado, ¿cómo seria posible perdonarlo? Por eso de la misma manera que la fe convierte en cierto sentido lo invisible en visible, así, también, aunque en sentido contrario, el amoroso cree que con el perdón desaparece lo visible. Las dos cosas son objeto de la fe. ¡Bienaventurado el que cree, porque cree lo que no puede ver! Y ¡bienaventurado el que ama, porque cree desaparecido lo que a pesar de todo podría verse!"

«Señor, ¿Cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano?» Mt 18,21